Es importante mantener una rutina en distintas actividades clave del día
a día, como en la alimentación, vestido-desvestido, higiene y sueño. Todas
ellas favorecen todas las destrezas nombradas con anterioridad además de
responder a sus necesidades básicas.
El
pequeño o la pequeña están en un proceso de maduración importante y necesita
tiempo para poder adquirir determinados hábitos. Aun así, es importante que,
desde los primeros días, se vaya iniciando en la adquisición de hábitos
relacionados con el orden y la autonomía. Debe existir una regularidad en la
repetición de los hábitos que queramos conseguir y, sobre todo, intentar que el
niño o la niña disfrute de ellos a la vez que aprende. Establecer una serie de rutinas en la vida de nuestros niños puede
parecer algo muy simple, pero a la vez es complicado de mantener en el tiempo
si no somos constantes en ello. Y aunque no lo parezca, es vital para su
desarrollo a nivel educativo y personal; favorece en la interiorización de
normas y en su autonomía a medida que van creciendo. Además, gracias a estos
hábitos, van a desarrollar el sentido de la confianza y de la seguridad sobre
el mundo que les rodea.
Las actividades en cuanto a la alimentación deben ser educativas. Hay que fomentar la
autonomía y la participación de los niños y de las niñas, enseñarles a utilizar
los utensilios para comer, que conozcan los momentos en que tienen que realizar
cada una de las comidas de un día, que utilicen los espacios destinados a las
mismas, y concienciarles de que la comida no es tiempo de juego. Hay que
fomentar el consumo de comida sana. Hay
que procurar que los niños y las niñas participen en el vestido y desvestido para que
vayan desarrollando las habilidades necesarias para este cometido. Tan
importante es enseñarles a ser progresivamente autónomos en el vestido, como
más adelante a recoger y a colgar o guardar su ropa.
Hay que desarrollar en los menores la necesidad de estar limpios y el
deseo de tener un cuidado en su aspecto personal. Las actividades de higiene suponen un
momento privilegiado para ellos y para ellas, ya que se sienten atendidos por
el adulto. En relación a la hora del baño, y los hábitos de higiene de las
manos, de la cara, de los dientes y de la nariz es necesario que el niño y la
niña sepan identificar en qué momentos deben realizarse estas actividades, que
comprendan su necesidad, que las vayan realizando de manera progresivamente
autónoma, que posean ciertas destrezas motrices y que posean un cierto control
del propio cuerpo.
Para que el niño y la niña establezcan hábitos de sueño, es necesario mantener unos horarios destinados
a descansar. Es importante el descanso a media mañana y después del almuerzo,
momentos que irán desapareciendo y siendo más cortos a medida que los niños y
las niñas vayan creciendo. Al igual que es imprescindible, que descansen un
mínimo de 10 o 12 horas de sueño por la noche.
En cada una de las actividades cotidianas podemos regalarles a los niños
y las niñas un constante aprendizaje a la vez que disfrutamos de momentos
íntimos, de complicidad, cariño y amor madre – padre - hijo - hija. Es importante que aprovechemos estas rutinas
para nombrar los elementos que encontramos alrededor y que están implicados en
cada una de estas actividades. De esta manera, conseguimos que los peques
interioricen nuevo vocabulario, relacionen para que sirve cada elemento y
porqué se encuentra en ese espacio.
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